conferencia 1260OPINIÓN/Para cualquier ser humano que realice una actividad que lo exponga públicamente la confianza y la credibilidad que genere entre sus pares es fundamental para ser considerado fiable, responsable y por lo tanto creíble.

Cuando una sucesión de hechos comienzan a generar dudas y esas dudas se transforman en preguntas, y esas preguntas no conciben respuestas convincentes, la duda y la pregunta se transforman en una demanda.

En el caso de un gobierno, al arribar a tal extremo, obligándole a que públicamente el gobernante de turno flanqueado por sus asesores y sumando argumentos procuren defender una acción y aún así persista la duda, es evidente que estamos frente a una clara pérdida de credibilidad y asistimos al desmoronamiento de uno de los principales pilares que sostienen a un líder, su legitimidad no escrita: la confianza.

En un reciente llamado a cubrir cargos para un nuevo servicio que tendrá la Intendencia de Florida, hecho que a priori no ameritaría la duda en cuanto al procedimiento utilizado por el autodenominado “Equipo Enciso” dado que se estima estarían dadas todas las garantías para todos los participantes, al conocerse los nuevos funcionarios públicos, el reclamo social y político desnudó las flaquezas del gobierno.

Los claros errores de comunicación para conocer la identidad de los nuevos funcionarios, amparándose la administración en la negativa de su identidad en supuestos datos reservados, cuando había hecho pública la identificación a través del número de la Cédula de Identidad, resulta burdo y ofende el conocimiento que el ciudadano común tiene de la administración pública.

El ocultamiento de información o datos ha sido una constante en los dos períodos de gobierno que lleva adelante el Intendente Carlos Enciso. Es más, a los propios Ediles departamentales les niega el derecho a saber de qué manera se están beneficiando algunos ediles que gozan el privilegio de no pagar un porcentaje de la patente de rodados, entendiendo que tiene que protegerlos.

El argumento aportado nada menos que por una profesional del Derecho, la Secretaria General de la Intendencia Dra. Macarena Rubio aleja la atención de la transparencia que tuvo el proceso del llamado, para centrarlo en una defensa de la identidad sin reconocer que se trata de un llamado a concurso en el cual se publicó cada nombre con su Cédula de Identidad y de antemano se sabía que un grupo de ellos pasaría a desempeñar una función pública en un centro de video vigilancia de espacios públicos y ninguno fue amenazado ni amedrentado como se presume podría ocurrir a partir de ahora.

El comunicado oficial, tras una conferencia de prensa brindada por el Intendente Enciso, con la Dra. Macarena Rubio, y varios directores generales expresa sobre este punto lo siguiente: “En ese sentido la Secretaria afirmó que a través del contacto mantenido desde tiempo atrás con la Unidad Reguladora de Control de Datos Personales y Abeas Data de AGESIC la Intendencia de Florida ha iniciado un proceso de estudio y aplicación de la Ley de Protección de los Datos Personales. Manifestó que en este caso es importante teniendo en cuenta la privacidad de los datos personales de quienes van a estar al frente de este trabajo de control de los espacios públicos”.

Esta particularidad de la función no estaba en las bases del llamado, en ningún momento se mencionó que quienes fueran electos por sus capacidades demostradas pasarían a integrar un selecto grupo de ciudadanos cuya identidad sería reservada. Es decir que en la Intendencia de Florida íbamos a tener funcionarios públicos que trabajarían en un centro de video vigilancia de plazas y parques sin identidad conocida.

Este argumento desarrollado por el Equipo Enciso es además de poco feliz, de una dudosa legalidad y ofensivo para el común de los contribuyentes.

El otro aspecto no menor, es la falta de transparencia mencionada en cuanto a la calidad de la información que se brinda.

Al dar a conocer el resultado del llamado se hacen públicos números de Cédula de Identidad pretendiendo, según se supo después, preservar la integridad física de los ganadores del concurso.

Sin embargo los letrados gobernantes no contaban con la capacidad de algún comunicador que interesado por conocer la totalidad de la noticia y no solamente la noticia oficial, buscaron en la misma lista que proporcionó meses atrás la propia intendencia para determinar a quienes correspondía cada número de Cédula.

En estos últimos párrafos está la razón de la necesidad imperiosa de explicar que quienes ingresaron por concurso, lo hicieron lícitamente y no accedieron a los cargos pese a ser algunos de ellos son simpatizantes y hay casos de activos militantes del Equipo Enciso.

La publicidad de los nombres se asoció por parte de la ciudadanía al grupo político que acompaña al Equipo Enciso y no es la primera vez

Aquí está lo que generó la desatinada salida oficial, el conocimiento público de la verdad.

Si el Equipo Enciso hubiera dado a conocer el resultado del llamado del concurso, reitero hasta ahora no cuestionado, como tampoco se ha cuestionado la idoneidad de quienes resultaron ganadores, quizá se habrían desatado algunas conjeturas de vínculos partidarios, tal como ha sucedido en otras ocasiones y nada más.

Sin embargo, la sucesión de actos de gobierno que aparentan ser lo que no son en su totalidad, han generado dudas, y así lo del comienzo.

Estamos frente a una clara pérdida de credibilidad y asistimos al desmoronamiento de uno de los principales pilares que sostienen a un líder, su legitimidad no escrita: la confianza.